PROVIDENCIA ERES TÚ
Los colegios Providencia de Chile renuevan sus votos de fidelidad y gratitud a Madre Bernarda Morin, postulando ante el Vaticano el testimonio de su vida y su obra, para que sea beatificada y reconocida su santidad. Nos heredó el tesoro su obra en favor de la infancia desvalida y los pobres más pobres de nuestro país.
A través de sus escritos nos remonta a los años de la fundación de la Congregación de las Hermanas de la Providencia en Canadá, 1843, a cargo de Madre Emilia Gamelin y Monseñor Ignacio Bourget, Obispo de Montreal.
Fue la propia religiosa fundadora, Madre Emilia Gamelin, quien acogió la postulación de Madre Bernarda, el 11 de mayo de 1850. En noviembre del mismo año, Madre Bernarda recibe el hábito de las Hermanas de la Providencia. Tenía sólo dieciocho años de edad.
Integró el primer grupo de cinco religiosas misioneras de su Congregación, destinado a evangelizar territorios extranjeros. Autorizadas por el Obispo de Montreal, Monseñor Bourget, iniciaron su misión evangelizadora el 18 de noviembre de 1852 y su destino fue Oregón, en el extremo oeste de los Estados Unidos.
Oregón resultó ser un territorio inhóspito. No existían los medios indispensables para vivir. No era apto para establecer una comunidad, ya que no había personas a quienes evangelizar. Deciden regresar a Canadá a través del Cabo de Hornos en un pequeño barco chileno de carga, llamado “Elena”.
Procedente de California, el 17 de junio de1853 recaló en Valparaíso el barco “Elena”. Las religiosas misioneras fueron recibidas y acogidas por las hermanas de la Congregación de los Sagrados Corazones. Entre las cinco religiosas canadienses venía Madre Bernarda Morin, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Providencia de Chile.
Mientras esperaban la salida de otro barco que les permitiera continuar su viaje de regreso a Canadá, el gobierno de Chile, con el beneplácito de las autoridades eclesiásticas del país, solicitó a las religiosas de la Providencia se hicieran cargo de la Casa de niños huérfanos de Santiago, permitiendo que el 30 de octubre de 1853 se inaugurara la primera Casa de la Providencia en Chile, ubicada en la calle Recoleta N° 500.
Si bien en 1821 se había creado la Junta de Beneficencia, para velar por los niños desamparados, a la fecha no se había logrado implementar un sistema que brindara atención a los lactantes y se preocupara de la educación de los niños y niñas en situación de abandono y desamparo.
Como la Casa de la Providencia recién creada se hizo estrecha, albergaba a ochenta y seis niños huérfanos, la Junta de Beneficencia decide implementar una Casa más apropiada. Se adquiere la llamada Chacra Chacón, hermosa propiedad con viñedos y árboles frutales. Ahí se instaló definitivamente la Casa de Huérfanos, dándose a todo el sector el nombre de Providencia, con que hasta hoy se denomina a esta importante Comuna de Santiago.
Establecidas definitivamente en Santiago, las religiosas de la Providencia iniciaron su obra de caridad, abriendo nuevos hogares para menores, asilos de ancianos y colegios, extendiendo muy pronto su acción por todo el territorio nacional.
Así inició Madre Bernarda su obra de caridad. Esta religiosa venerable representa la imagen viva del amor al prójimo, especialmente los desvalidos; representa el más puro ideal de moral cristiana que el tiempo no ha logrado impedir que en torno a su testimonio se levante un puro y delicado aroma de amor, bondad, fidelidad, gratitud, respeto, lealtad…
Don Arturo Alessandri Palma le otorgó la Condecoración al Mérito de Primera Clase, como expresión de admiración y gratitud por su extensa y ejemplar labor de beneficencia en favor de la infancia y por su entrega en beneficio de los necesitados del país. Prendió en su pecho el medallón de oro viejo, distinción que Chile otorga a los extranjeros distinguidos por sus servicios al país.
Al comentar la vida y la obra de Madre Bernarda Morin, el historiador Jaime Eyzaguirre escribió: “… rara vez la preocupación de las biografías se ha detenido ante las grandes almas que con menos estridencia, pero con mayor eficacia, se vaciaron enteras en el servicio del prójimo desamparado. A este grupo pertenece Bernarda Morin, fundadora de la Congregación de la Providencia en Chile; gran carácter, corazón abnegado y personalidad extraordinaria que no conocía el desaliento a lo largo de su vida, por lo demás azarosa y casi centenaria. A lo largo de Chile su figura se agiganta. No hay un instante de titubeos en las horas de angustia y tremenda prueba, no una flaqueza en la voluntad siempre erguida… con nobleza se desatiende de lo pequeño para volar a las grandes alturas”.
Los Colegios Providencia ofrecemos a nuestros niños, niñas y jóvenes el ejemplo de Madre Bernarda para que inspire sus proyectos personales de vida… es el testimonio de una mujer excepcional que consagró su existencia a prodigar consuelo, a prestar ayuda a los desvalidos. Fue la benefactora de un pueblo, madre de los huérfanos, la caridad hecha mujer.
Fallece en Santiago el 4 de octubre de 1929. Sus restos descansan en la Casa Matriz de la Congregación de las Hermanas de la Providencia de Chile, que ella fundó y de la que fue su primera Superiora Provincial.
En abril de 2010 se puso término al Proceso de la Causa de la Beatificación de la Sierva de Dios Madre Bernarda Morin, iniciándose la fase romana del Proceso de Beatificación, para lo cual fueron llevados al Vaticano los documentos, cartas de la religiosa y testimonios que postulan su santidad.
En la cuarta región tenemos tres de los once Colegios Providencia de Chile: los Colegios Técnico Profesionales de Ovalle y La Serena y el Colegio Científico-Humanista de los Sagrados Corazones de nuestra capital regional.
Agradecidos por el bien que hizo a nuestra Patria, queremos ser depositarios de su ejemplo de amor a los pobres y desamparados. Su nombre es una bandera prendida en el corazón de la familia Providencia de Chile, que nos llama a superarnos cada día y responder con ejemplos de vida al imperativo que nos demandan su lección y su obra de 160 años.