En el mes de abril la Pastoral Juvenil salió a las calles de la ciudad con un mensaje de dulzura y esperanza. Con un chupete de caramelo en la mano se entablaron muchos diálogos fraternos que despertaron más de una sonrisa. Algunos sorprendidos no podían creer en la gratuidad del regalo, pero los jóvenes supieron ser maestros de empatía y la actividad gratificó los corazones de misioneros y misionados.
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