Querida Comunidad, reciban un saludo cariñoso en este mes que tradicionalmente en nuestro colegio celebramos a la familia; este es un año muy distinto a los anteriores, llevamos seis meses sin vernos, sin embargo, hemos tenido la oportunidad de compartir y conocer más a nuestra familia.
Hoy retomamos un mensaje enviado por el Papa Francisco el año pasado, recordando a la Sagrada Familia; él recordó que María, José y Jesús, la Sagrada Familia de Nazaret, trabajaban, rezaban y se comunicaban.
“Y yo me pregunto”, reflexionó el Papa: “tú, en tu familia, ¿sabes comunicarte, o eres como esos chicos que en la mesa cada uno con su celular está chateando?. En esa mesa hay un silencio como si estuviesen en Misa, pero no se comunican. Debemos retomar la comunicación en familia: Los padres con los hijos, con los abuelos. Comunicarse. Y los hermanos entre ellos. Esa es una misión que se debe cumplir hoy, precisamente en el día de la Sagrada Familia”.
En aquel mensaje, el Papa Francisco, explicó que el término ‘santa’ ubica a esta familia en el ámbito de la santidad, que es regalo de Dios pero que, al mismo tiempo, supone una libre y responsable adhesión a su proyecto. Así fue para la familia de Nazareth: estuvo totalmente disponible a la voluntad de Dios”.
Y hoy nos hacemos la pregunta: ¿nuestra familia está disponible a la voluntad de Dios?; ¿nuestra familia trata de vivir en los valores cristianos?, o más simple aún, ¿nuestra familia trata de hacer acciones de amor entre nosotros y para los demás?; ¿nuestra familia enseña el respeto, amor y comunicación con nuestros adultos mayores?
Con esta última pregunta nos queremos quedar, en el contexto que reconocemos y valoramos a nuestros adultos mayores, especialmente en este tiempo de pandemia en donde los tenemos lejos y solos. Ahora les queremos invitar a reconocer, admirar y comunicarse con aquella persona de nuestra familia. En ellos van pasando los años, en su cuerpo y mente, pero crecen en experiencias, aprendizajes y sabiduría.
Para despedirnos queremos dejar un extracto del Salmo 138 de hoy, leámoslo en la voz de nuestros adultos mayores, para que nuestro Dios Padre Providente, les acompañe y guíe siempre.
Salmo 138
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
Guíame, Señor, por el camino eterno
Equipo Pastoral