Con un corazón fortalecido por la gran afluencia de público, los rostros de alegría y la bendición de podernos reunir como una misma familia Providencia de los Sagrados Corazones de La Serena, el día sábado 05 de octubre pudimos celebrar en nuestro colegio el “día de la familia”, consolidando así una vez más el principio que nos rige como comunidad: la persona y considerar a la familia como núcleo esencial; esto en una sociedad en constante cambio y que desafía los criterio establecidos y promueve al amor como eje central de cada accionar y el camino trazado a su vez por el Papa Francisco quien indica la necesidad urgente de revitalizar e impregnar en la familia el sentido de pertenencia, siendo la familia tan diversa como las personas que la componen y ampliando su mirada hacia una sociedad cada vez más indiferente y exógena a la característica primigenia de los humanos, el reunirnos, el compartir y hacer comunidad.
Es así que Padres e hijos y funcionarios disfrutaron entre juegos, cantos, música y bailes de una actividad que tiene como propósito compartir y conocerse más como integrantes de una misma familia que tiene como punto central a la persona y como eje de su accionar a Jesús.
El talento de cada uno de los niños, niñas y jóvenes que contribuyeron a que esta celebración fuera un éxito, refuerza el sentido de pertenencia y alienta a continuar la senda trazada por Madre Emilia Gamelin, Madre Bernarda Morin y Madre Jospeh del Sagrado Corazón de Jesús a estar atentos y dispuestos para ser testimonio frente al prójimo, compartir, reír, vivir y cantar, porque el que canta, ora dos veces.
Cada uno de los cursos desde los párvulos, Enseñanza Básica y Enseñanza Media organizaron diversos stands, como así también el Centro de Padres, Centro de Estudiantes y Pastoral del colegio, los cuales tuvieron una asidua concurrencia y deleite de todos.
Cada una de las familias que asistió a este hermoso encuentro pudo desarrollar vínculos que propicien un lenguaje socio-afectivo mejor, conociéndose, compartiendo y festejando la vida nueva que brota en cada uno de quienes están consagrados en la espiritualidad Providencia.