La Congregación Hermanas de la Providencia fue fundada en 1843 por Madre Emilia Tavernier-Gamelin, en Montreal, Canadá. La provincia chilena recibe el nombre de Bernarda Morin, fundadora de la Congregación en nuestro país.
Ser rostro humano de Dios Providencia es ponerse al servicio del amor compasivo, en una solidaridad profética con los pobres. Para las Hermanas de la Providencia, los pobres son las personas cuyas necesidades no son satisfechas, las víctimas de injusticia, rechazadas, marginadas y sin voz. Esto exige creatividad en el uso de los talentos que Dios entrega, de manera que toda la creación pueda reconocer su amor a través de acciones caritativas y responsables para con la vida.
Las Hermanas de la Providencia se comprometen en todo el mundo como trabajadoras sociales, voluntarias, enfermeras, profesoras, acompañantes espirituales o implicadas en la defensa del medio ambiente, según los lugares donde están llamadas a servir, confiando en que cada una de sus acciones sea signo de esperanza y vida nueva.